P or Maryam Camejo 26-1-2014/ 25, Rabi´ Awwal 1435 El conflicto actual de Siria comenzó como uno más en el contexto de...
Por Maryam Camejo
26-1-2014/ 25, Rabi´ Awwal 1435
El conflicto actual de Siria comenzó como uno más en el contexto de las primaveras árabes pero ha alcanzado mayores dimensiones debido su carácter religioso.
Este es un texto periodístico escrito en pro de ayudar a entender no solo el significado religioso de la guerra en ese país sino también para explicar diferencias básicas entre sunitas y chiitas.
Las guerras siempre han sido un medio para alcanzar poder económico y controlar relaciones políticas desde posiciones estratégicas y ventajosas en la distribución de riquezas mundiales. Asimismo, el contenido ideológico que las justifica está mezclado, en la mayoría de los casos, a nociones de libertad e independencia territorial. Ahora bien, cuando una batalla, define también la supremacía de una religión a nivel regional en un país del Medio Oriente, asistimos a la continuación de una lucha que se desarrolla hace más de 1400 años.
El conflicto actual de Siria comenzó como uno más en el contexto de las primaveras árabes, pero ha alcanzado una dimensión tal que va más allá de inconformidades del pueblo: en la nación árabe se desarrolla una guerra religiosa entre sunitas y chiitas, aspecto del conflicto poco abordado por los medios (al menos en Cuba), centrados frecuentemente en la distribución del poder que significa la situación en ese país, pero que define desde el inicio el desarrollo de los dos polos principales del conflicto y dotará de significado religioso el final de la lucha.
En primer lugar, para entender el contenido ideológico de esta guerra, es necesario ver a las dos confesiones tan opuestas que, en su práctica y pensamiento teológico, funcionan como religiones distintas, y no como el resultado de interpretaciones diferentes del Islam. Aunque pueda parecer irreal este punto de partida para un analista internacional, los sabios del Islam las consideran dos religiones —coincido plenamente con esta opinión—, y no brazos de la misma, como supone el periodista español Javier Martín (citado por Caretti, 2013), autor de Suníes y Chiíes: los dos brazos del Islam.
Otro problema de la medios occidentales cuando se refieren al conflicto es tildar de fanáticos y terroristas a quienes no están a favor del gobierno —como si se hubiesen extinguido las revoluciones y los movimientos de liberación—, y luchan en pro de un futuro mejor que implica Sharía, o sea, la implantación de la ley islámica en el país, entendida por los musulmanes sunitas como la legislación dada por Allah (Dios), para la vida de los hombres. Constituye la forma más antigua de organizar una sociedad de manera política, social, económica y religiosa vigente hoy día, cuyas fuentes escritas son el Corán y las narraciones de explicaciones del Profeta (صلى الله عليه وسلم), llamadas hadices.
“Mediante la lectura de la prensa —aunque diaria— nadie podría acertar un juicio acerca del tema Islam, porque son expuestos determinados hechos sin ofrecer un análisis de las motivaciones o condiciones sociales que los provocan. Por ello solo percibimos flashazos: atentado con coche bomba (…), baño de sangre sobre los inocentes, cuatro soldados muertos, suicidas entran al Paraíso…” (Medina, 2012, p.9).
Oposiciones religiosas en Siria
El gobierno de Bachar Al Asad es alauita, una secta menor entre los chías, pero que comparte la creencia de que cuando el ángel Gabriel (las paz sea con él) descendió desde el cielo en el año 625 n.e para dar la revelación a un hombre escogido por Allah, se equivocó al otorgarla a Muhammad (صلى الله عليه وسلم ), porque en su lugar el escogido era Alí, primo de Muhammad (صلى الله عليه وسلم) que estaba bajo su cuidado. Por tanto, comienzan a distanciarse de los suníes al considerar Profeta (صلى الله عليه وسلم ) a otro hombre —uno de los mejores seguidores de Muhammad (صلى الله عليه وسلم ) y cuarto Califa del imperio islámico— y descreer del decreto de Allah.
Según la creencia chií, debido a que una persona equivocada recibió la revelación, quien aprendió el Corán a través de las visitas del mismo ángel contagió el libro con leyes creadas por él no provenientes de Allah, y por lo tanto es un texto que mezcla el mensaje divino y el pensamiento de Muhammad (صلى الله عليه وسلم).
El período anterior al estallido de la guerra en el país árabe se había caracterizado por la convivencia entre personas de diferente práctica y creencias sobre el Islam, pero la pugna entre los practicantes de ambos bandos se mantenía en dicha nación y en el resto de Oriente Medio debido a que entre suníes, los chías son conocidos como inventores y manipuladores de la religión original.
Una vez iniciada la guerra, Bachar Al Asad —quien afirmaba que era alauita pero su gobierno no tenía religión— utiliza a su viejo aliado, Irán, una potencia en materia económica y de mayoría chía que intenta esparcir su práctica a través del financiamiento de becarios procedentes de cualquier parte del mundo, y con proyectos en muchos países islámicos donde gobiernan sunitas, en busca de aumentar el número de chías, lo cual significaría alcanzar un equilibrio de poder religioso que no deja de lado el ámbito económico y político.
“Irán juega el factor de la comunidad chií, trata de mantener de cualquier manera a uno de sus principales aliados en la región y quizá el único puente con el mundo árabe”, afirma Javier Martín (citado por Caretti, 2013).
Con el alcance del poder por el Ayatolá Ruholá Jomeini en enero de 1979, este país se convirtió en la primera potencia chií, la cual centró sus esfuerzos en crear una alianza con Siria, más tarde en la creación de Hizbullah (literalmente partido de Allah) en el Líbano, lo que contribuyó al aumento de los afiliados a esta práctica. Luego con la caída del régimen de Sadam Husseín en Irak nació el cordón de influencia y poder Hizbullah -Siria-Iraq-Irán (Caretti, 2013) .
Esto evidencia que el apoyo de la nación persa a Siria, no solo obedece a intereses comunes en materia económica, sino que está determinado por las creencias religiosas, lo cual también une a Arabia Saudita y Catar a favor de los sunitas, o sea, lo rebeldes.
Los chías mezclan su creencias con prácticas paganas como la conformación de amuletos a los que otorgan poder, ritos con cánticos y formas de autoflagelación. En cambio, los sunitas practican el Islam enseñado por el profeta Muhammad (صلى الله عليه وسلم ).
Su práctica se basa en que Allah no tiene copartícipes, por tanto, nada fuera de él tiene poder, y Muhammad (صلى الله عليه وسلم ) es el último de una larga lista de profetas enviados por Allah y al que hizo descender la revelación a través del ángel Gabriel (la paz sea con él). El sistema de gobierno que ansían la mayoría de los sunitas es la Sharía, cuya legislación establece el permiso de guerra contra aquellos que los oprimen, agreden o combaten: "Y combátelos hasta que no haya más oposición y la práctica de adoración se dedique por completo a Allah" (Corán, 8:39).
Ahora bien, comprender qué convierte a los chías en herejes, es una pieza clave en el análisis del conflicto. Para los musulmanes el pecado mayor en el Islam es la asociación (shirk) en la adoración a Allah.
Dice Allah:
“ Allah no perdona que se Le asocie nada a Él; pero fuera de ello perdona a quien Le place. Quien asocie algo a Allah comete un pecado grave” (Las Mujeres 4:48)
Y dice:
“ A quien atribuya copartícipes a Allah, Él le vedará el Paraíso y su morada será el Infierno. Los inicuos jamás tendrán auxiliadores” (La Mesa Servida 5:72)
La apostasía incluye, desde creer que hay otro dios, hasta afirmar que Muhammad (صلى الله عليه وسلم) no es el último profeta y mensajero de Allah, para quien dicha persona ha sido la más amada de las que han existido y a quien se le otorgó un 99 por ciento de la inteligencia humana, mientras el uno restante se dividió entre los otros hombres. Por ende, los sunitas acostumbran a amar a Muhammad (صلى الله عليه وسلم).
En los medios occidentales, los sunitas son presentados como una masa de sujetos fanáticos y terroristas, “los árabes aparecen siempre como multitud, como turba humana sin individualidad, sin biografía. Masas de seres anónimos y sucios que sugieren peligro. Y el peligro que se sugiere es la Guerra Santa, el Yihad, con lo que son presentados como «la amenaza» que pesa sobre el hombre blanco y sobre la humanidad en general” (Said, citado por Medina, 2012, p.9)
“La guerra civil siria es un escenario complejo en donde participan numerosos actores con ideologías y agendas muy dispares. A menudo se tiende a catalogar a la oposición armada como un todo, confundiendo y adjudicando adjetivos (islamismo, salafismo, yihadismo) de una manera errónea o imprecisa” (García, 2013) .
Calificar a todos los rebeldes con el mismo término impide hacer diferencias entre ellos, pues, en primer lugar, se han incorporado a la lucha contra el gobierno desertores del ejército.
Por otro lado, y con el fin de entender cultural y religiosamente este conflicto, debe tenerse en cuenta que la mayoría de los sunitas se dividen en 4 escuelas: hambalí, malikí, shafi y hanafí, porque siguen los hadices que lograron rescatar los imames (guías religiosos) Hambal, Malik, Shafi y Abu Hanifa. Llamar salafistas a cualquiera de ellas es un error debido a que los sálafis toman este nombre por su interés en seguir toda la práctica de Muhammad (صلى الله عليه وسلم ) sin hacer distinciones entre escuelas, y a su vez siguen a los Salaf (literalmente seguidores), que son quienes conocieron al Profeta (صلى الله عليه وسلم ) y las dos primeras generaciones que vinieron tras ellos. En fin, los sálafis son “seguidores de los seguidores” de Muhammad (صلى الله عليه وسلم ), que es precisamente el contenido de la palabra.
El Profeta (صلى الله عليه وسلم ) dijo:
“La mejor generación de todas es en la que Yo fui enviado, después la que le sigue y después la que le sigue”. Compilado por Bujâri (5/199, 7/6, 11/460) y Muslim (7/184, 185).
Sheij Al-Islam ibn Taimiah (Allah tenga misericordia de él) en su libro Al-´aquîdah al-wâsitiiah, explicó que “los Predecedores Justos ´As Salaf As Sâlih´ son los Sahâbah, los Tâbi´ûn y los Tâbi´u At Tâbi´ûn. Libro M´utaqad Ahlu As Sunnah ua Al Yamâh fi Tauhîd Al Asmâ´ ua As Sifât de Muhammad Jalîfah At Tamîmi (Pag. 47,48)”.
Esto esclarece entonces por qué entre los opositores hay grupos que no aspiran a unirse, pues la visión religiosa sunita difiere entre ellos. No obstante, la consideración de que los chías jamás han sido practicantes del Islam —lo cual significa sumisión a Allah– es general.
Sin embargo, hay que considerar que con el alargamiento de la guerra Jabhat al-Nusra, el Frente Islámico Sirio, el Ejército de Emigrantes y Ayudantes, el Frente Islámico de Liberación Sirio y otros grupos guerrilleros que en ocasiones han actuado juntos, formen un solo ejército para luchar contra Bachar Al Asad.
El caso de Ahrar Al-Sham
Como ha quedado explícito, la división grupal entre los opositores del gobierno responde también a creencias religiosas. Particularmente Ahrar Al-Sham es el movimiento más fuerte en el norte de Siria, Idlib, Hama y Alepo, aunque tiene afiliados en todo el país, según Aron Lund (2013), escritor e investigador sueco considerado uno de los mejores analistas en el tema de la oposición siria y que colabora con el Instituto Sueco de Asuntos Internacionales.
Ahrar Al-Sham, que ha sido traducido como Hombres Libres de Levante, debería mejor entenderse como Hombres Libres de Al-Sham, nombre con la que fue conocida una región mayor que la actual Siria a la que pertenecía, por ejemplo, parte de Irak en tiempos del profeta Muhammad (صلى الله عليه وسلم ). Acorde a las estimaciones de Lund (2013) este es el grupo sálafi más grande que existe en Siria, y busca la implantación de un estado islámico con la aplicación de la Sharía. En diciembre de 2012 se aliaron al Frente Islámico Sirio (Lund, 2013), lo cual contribuyó a aumentar su fuerza y alcance en el país.
Ahora bien, ¿por qué este grupo es un caso interesante dentro del conjunto de luchadores contra Bachar Al-Asad? Ahrar Al-Sham ansía, además, liberar todo el territorio que antes era considerado Al-Sham con el fin de crear un califato y esperar a Imán Mehdi, el último califa del Islam anunciado por Muhammad (صلى الله عليه وسلم ), y que tiene la misión de unir a todos los musulmanes bajo un gobierno islámico. Imán Mehdi debe huir de Siria y ser reconocido en la peregrinación en Meca, en Arabia Saudita, lo cual constituye un rito anual entre los musulmanes. Los hadices de Muhammad (صلى الله عليه وسلم ) refieren, además, que, tras liderar a los musulmanes en una guerra, este hombre regresará a Al-Sham y dirigirá la oración en una mezquita en Damasco. Entre los que rezarán con él, estará el profeta Jesús (la paz sea con él), que habrá descendido unos minutos antes con el propósito de combatir a Masih Al-Dayyal, el falso mesías.
Ahora bien, es válido aclarar que esta creencia no se incluye en el credo chía, pues a quien ellos aceptaron como Imán Mehdi vino hace alrededor de mil años.
En fin, considerar la posibilidad de una negociación entre los rebeldes y el gobierno es prácticamente un sinsentido debido a que la guerra iniciada tiene un trasfondo religioso muy fuerte, que unido a factores políticos, económicos y de distribución del poder en la región, imposibilitan la búsqueda de la paz a través de un acuerdo que mantenga a Bachar Al Asad en la dirección del país. Mientras los chías estén en el gobierno puede esperarse la continuación de la guerra, ya que la creencia suní no solo tiene permitido combatir a los incrédulos, sino que es parte del saber religioso generalizado la promesa de Allah explícita en el Corán de que mientras se mantengan cumpliendo sus obligaciones religiosas, pueden ganar cualquier batalla.
“La victoria está con los creyentes” es una frase que caracteriza la creencia suní en cuanto al favor de Dios en tiempos de guerra, y encuentra su fundamento en el aya (palabra que nombra cada verso del Corán y significa literalmente signo de Allah): “¡Profeta! Anima a los creyentes para que luchen. Si hay veinte de vosotros constantes podrán vencer a doscientos; y cien vencerán a mil de los que no creen; porque ellos son gente que no comprende” (Corán, 8:65).
Esto, unido a que los chías no existían como grupo en tiempo de vida de Muhammad (صلى الله عليه وسلم ), y con la consideración de su advertencia de que tras su muerte aparecerían personas que inventarían sobre la religión, los sunitas se niegan a ser gobernados por otros que no sean musulmanes.
Violencia sectaria
No obstante lo dicho anteriormente, debe tenerse en cuenta que en Siria existen también grupos de oposición que buscan la implantación de modelos de gobierno no religiosos como el Partido de Acción Comunista, además de otros más cercanos a Occidente, entiéndase Estados Unidos y Europa, todo lo cual no excluye a organizaciones políticas que se apropian de la tradición religiosa para beneficio particular.
“Hoy día, cuando el idioma religioso se vuelve cada vez más perceptible en el discurso político de tantas comunidades musulmanas, es especialmente importante insistir en esta distinción y situar las reivindicaciones y contrarreivindicaciones cada vez más estridentes de ser los únicos verdaderos representantes del Islam en su propio contexto, en la competencia por el poder político. En realidad, estas reivindicaciones y las dinámicas a menudo violentas que entrañan, tienen poco que ver con la religión. Son los partidos políticos y los grupos que han visto un recurso en la utilización de un discurso religioso para expresar y movilizar el apoyo para sus programas políticos” (Medina, 2012, p.68)
“Debido a que los combates en Siria se han desarrollado mayoritariamente en un entorno urbano, no es de extrañar que el número de víctimas mortales haya alcanzado unas cotas tan altas… El uso indiscriminado de fuego de mortero por ambos contendientes, y de artillería y aviación por parte del régimen, ha dotado al conflicto de un carácter exageradamente cruento. No sólo hablamos de las consecuencias típicas de un enfrentamiento, sino de violencia generalizada en forma de vejaciones, secuestros, violaciones, asesinatos y ejecuciones sumarias protagonizadas tanto por miembros del Ejército Árabe Sirio -la Shabiha (milicia progubernamental)- como por los distintos grupos que conforman la oposición armada” (S.A, 2013)
Lo que ha sido conocido en el discurso de los medios como “violencia sectaria” se ha difundido sobre todo a través de youtube.com. El documento difundido por el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria de España con el título “Siria en clave humanitaria”, se refiere a la multiplicidad de casos conocidos con la impronta de la diferencia religiosa. “Especialmente sonados han sido los casos de las masacres de Houla, en mayo de 2012, atribuida al régimen por la ONU y que dejó un balance de 108 muertos, la mitad de ellos mujeres y niños. O las de Baniyas y Bayda, en mayo del año siguiente en la provincia de Tartús, paradigma de la violenta sectarización del conflicto, donde murieron alrededor de 200 suníes en una operación conjunta perpetrada supuestamente por el Ejército Árabe Sirio, las Fuerzas de Defensa Nacional y paramilitares de la Shabiha. (S.A, 2013) ”
Las perspectivas de que este nivel de violencia termine, están acompañadas de la posibilidad del fin de la guerra, lo cual puede esperarse que no ocurra mientras los alauitas tengan el control del gobierno. Por otro lado debe considerarse que la guerra religiosa traspase las fronteras sirias, pues en otros países como Yemen —de mayoría sálafi— ya han comenzado los atentados de una secta chií en crecimiento que, según varios medios de esa nación, cuenta con armamento proveniente de Irán.
Si los sunitas finalmente logran gobernar en Siria, Arabia Saudita y Catar apoyarán la victoria, de manera que una nueva alianza se formará con garantía de fortalecerse a medida que se estabilice el país. Sin embargo, con los sunitas en el poder es de esperar que los países que apoyan al gobierno de Al Asad, actúen con más fuerza para restablecer el control chía. Pese a todo ello, frente a la situación actual es difícil vislumbrar la solución del conflicto. Siria está en caos desde todos los puntos de vista. Más allá de resolverse, por lo pronto, la guerra parece prometer demora, lágrimas y sangre. Roguemos a Allah la victoria suní, pues en verdad Allah está con los creyentes.
Bibliografía
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Corán. (s.f.). Medina: Complejo del rey Fahd.
Escobar, P. (28 de 4 de 2011). Rebelión. Recuperado el 20 de 10 de 2013, de Rebelión: http://www.rebelion.org
García, D. (29 de 10 de 2013). Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria. Recuperado el 3 de 11 de 2013, de Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria: http://www.iecah.org/web/index.php?option=com_content&view=article&id=2380:quien-es-quien-entre-los-rebeldes-sirios&catid=15:articulos&Itemid=9
Lund, A. (7 de 6 de 2013). Independent. Recuperado el 20 de 10 de 2013, de Independent: http://www.independent.co.uk/news/world/middle-east/freedom-fighters-cannibals-the-truth-about-syrias-rebels-8662618.html
Medina, Y. (2012). Cobertura periodística de El País a la película La inocencia de los musulmanes. La Habana: Tesis de Licenciatura de la Facultad de Comunicación.
S.A. (25 de 7 de 2013). Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria. Recuperado el 20 de 10 de 2013, de Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria: http://iecah.org/web/index.php?option=com_content&view=article&id=2335:siria-en-clave-humanitaria&catid=34:analisis&Itemid=85